Sánchez rebaja las exigencias de Podemos: ofrece una Vicepresidencia simbólica y dos ministerios

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Carlos Cuesta

Pedro Sánchez quiere minimizar el impacto de la entrada de Podemos en el Gobierno. Está dispuesto a formar un Ejecutivo de coalición con la formación morada. Pero no a conceder las cinco carteras que ha reclamado Pablo Iglesias. Ni en número, ni en contenido de las carteras. La contraoferta del PSOE incluye tres departamentos, uno con rango simbólico de Vicepresidencia Social. Las dos carteras aún deberán negociarse, pero una de las que gana peso es la de Vivienda. Otras de la que baraja el PSOE es un departamento de Juventud e Infancia, incluso barajan la cartera de Igualdad.

La negociación avanza. No sin problemas. Y sí con tiras y afloja. Podemos ha llegado a pedir el Ministerio de Hacienda, el de Trabajo o una vicepresidencia social con capacidad presupuestaria plena. Es decir, ejes puros de poder de cualquier Gobierno. Pero el Ejecutivo de Pedro Sánchez no está dispuesto a dar a los hombres de Iglesias ni carteras en las que puedan desdibujar la política entera del Ejecutivo, ni a hacer peligrar los compromisos adquiridos con Bruselas, ni a aceptar quedarse sin ‘joyas de la corona’ ideológicas de los socialistas.

Por eso ha habido un rechazo frontal por parte del equipo de análisis de Sánchez a ceder en alguna de esas exigencias iniciales tal y como han sido planteadas por los podemitas. Eso sí, hay un convencimiento de que debe encontrarse un punto de acuerdo y que eso exige buscar áreas controladas pero lo suficientemente emblemáticas como para desatascar la investidura.

Análisis cartera por cartera

En el equipo de análisis del Gobierno se encuentran Adriana Lastra, los ministros Montero (Hacienda) y Ábalos (Fomento), la vicepresidenta Calvo y el jefe de Gabinete del presidente Iván Redondo. Y el dictamen de todos ellos concluye que no se posible entregar Hacienda: porque afectaría al control del gasto y operatividad de todo el Gobierno. Ni es conveniente dar a Podemos Trabajo: porque los cambios en materia laboral tienen un impacto incalculable en la marcha económica. Ni debe entregarse un ministerio como el de Fomento: porque tendría un impacto en el gasto y el reparto de inversiones territorializadas que podría afectar a todo el país.

Por ello, las negociaciones se dirigen en estos momentos a la entrega a los morados de una cartera de Vivienda, una de Juventud e Infancia, que, en un momento dado, podría ser incluso la de Igualdad y una Vicepresidencia Social pero sin adscripción ministerial, lo que reduce su impacto y capacidad de gasto.

Otra de las opciones reclamadas por Iglesias tampoco termina de convencer a Pedro Sánchez: la entrega de un Ministerio de Transición Ecológica. Se trata de una de las áreas donde más fuerza podría cobrar Podemos con sus propuestas sobre garantía de suministro a los consumidores con menores ingresos o sus exigencias de limitación de precios en la factura de la luz.

Pero el impacto de estas decisiones podría tener consecuencias graves y, además, el Ejecutivo no quiere que algunas de esas propuestas de Podemos puedan convertirse en un problema económico serio, ni ante los tribunales, ni ante Bruselas, ni ante las propias compañías.

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